martes, 26 de junio de 2012

Fabula


la zorra y las uvasHabía una vez una zorra que llevaba casi una semana sin comer, había tenido muy mala suerte, le robaban las presas y el gallinero que encontró tenía un perro guardián muy atento y un amo rápido en acudir con la escopeta.
Ciertamente estaba muertecita de hambre cuando encontró unas parras silvestres de las que colgaban unos suculentos racimos de doradas uvas, debajo de la parra había unas piedras, como protegiéndolas.—Al fin va a cambiar mi suerte, —pensó relamiéndose—, parecen muy dulces. Se puso a brincar, intentando alcanzarlos, pero se sentía muy débil, sus saltos se quedaban cortos los racimos estaban muy altos y no llegaba. Así que se dijo: —Para que perder el tiempo y esforzarme, no las quiero, no están maduras.
Pero resulta que si la zorra hubiese trepado por las piedras parándose en dos patas hubiese alcanzado los racimos, esta vez le faltó algo de astucia a doña zorra, parece ser que el hambre no la deja pensar.
Moraleja : Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea pero pensando primero que es lo que queremos y como conseguirlo, no sea que nos pongamos a dar brincos cuando lo que necesitamos es estirarnos, y perdamos el tiempo y el esfuerzo.

lunes, 25 de junio de 2012

Cuento

La tortuga y el conejo que aprendio a respetar

Martín era un conejo  al que le encantaban las carreras de auto, se había pasado la vida entera entrenando para ser el más rápido y ganar fama y el aprecio de todo su pueblo, soñaba con salir en la televisión como uno de los grandes campeones de carreras, en primera posición recogiendo su trofeo.
Todos esos deseos estaban realmente bien, sin embargo en todos estos años Martín había olvidado muchas cosas indispensables como el respeto al resto de personas que había en su entorno. Cuando se subía a su coche, las ganas de ganar y de ser el más rápido hacían que se olvidase de todo lo demás; a menudo destrozaba las tiendecitas de sus vecinos y una vez por poco atropella a un patito que venía del colegio. La gente del pueblo estaba muy enfadada con él, además de que estaban atemorizados por poder ser víctimas de Martín en su auto.
conejo de pascua en un coche
Ante esta situación los habitantes del pueblo decidieron hacer algo para poner remedio y hacer recapacitar a Martín sobre el daño que estaba causando; así que a uno de los vecinos se le ocurrió crear una carrera donde él pudiese participar, pero con una norma: cada vez que un participante rompiese algo debía volver atrás y empezar de cero. La mayoría de gente no tenía auto, de hecho solo Martín y la tortuga Clara tenían uno, así que fueron los únicos que pudieron participar.
A la mañana siguiente tuvo lugar la carrera y cuando se dio el pistoletazo de salida Martín y Clara salieron de la línea de inicio. Martín iba ganando, era el más rápido de los dos pero por desgracia chocó contra una floristería y tuvo que volver a empezar. Clara era un poco lenta pero iba con mucho cuidado, y mientras Martín debía empezar una y otra vez, clara iba progresando lentamente. Finalmente la tortuga Clara ganó la carrera, ya que Martín cegado por las ansias de ganar no respetaba las normas. Martín se sintió fatal al ver que después de su esfuerzo había perdido la carrera por fijarse solo y únicamente en ganar sin tener en cuenta a los demás y para colmo todo su auto quedó rallado, aunque gracias a que tenía su seguro de auto pudo arreglarlo.
Es muy importante recordar que debemos tener siempre en cuenta a los demás y respetarlos. Y por mucha prisa que tengamos, debemos hacer bien las cosas respetando las normas.

lunes, 18 de junio de 2012

La leyenda de los àngeles de la guarda.


La leyenda de los ángeles de la guarda

Hace mucho tiempo en un mundo lejano lleno de colores, flores y hermosos paisajes, muchos niños jugaban. Ellos eran diferentes a los niños que conocemos, tenían alas y podían viajar a otros mundos cuando quisieran. Una mañana, en uno de esos viajes uno de ellos encontró una cajita muy extraña. Era redonda, parecía una pelota. La abrió inmediatamente y encontró una llave bastante grande, la tomó y oyó una voz que le dijo: “Eres muy afortunado. Esa caja que tú ves, espera por ti hace mucho tiempo. Desde ahora serás quien proteja a Pedrito. Pedrito es un niño de un planeta llamado tierra. Él te necesita”. Vivirás con Pedrito todos los días de su vida. Cuando juegue, cuando estudie, cuando duerma, haga lo que haga tú estarás con él. Aunque no te verá, sentirá su presencia”.
angelito
“Sólo hazle saber que para que estés muy cerca cuidándolo, no debe portarse mal”. “Está bien, ¿pero la llave para qué me servirá?”, dijo el niño con alas. Y respondió la voz: “Esta es la llave de la bondad y sólo la usarás cuando veas que Pedrito se porta mal. Con ella, abrirás la puerta de su corazón y verás cómo empieza a ser bondadoso. Tú serás su ángel de la guarda. A partir de ese día, muchos ángeles de la guarda, todos los días, llegan al planeta tierra para cuidar a muchos niños.

cuento ♥

La tetera encantada.

Seguramente alguna vez han tomado te. Les voy a contar la historia de una tetera muy extraña.
A Jacinta le encantaba todas las tardes, con su abuela y su mamá, tomar el te. Un día la mama llenó la tetera de agua caliente y, cuando Jacinta se quiso servir un chorrito de té, la tetera hizo un ruidito extraño y salieron burbujitas. De pronto, no se vio más nada. Cuando las burbujas desaparecieron, pudieron ver que el te ya no estaba. -¡Qué extraño!- dijo Jacinta. Cuando se sirvió de nuevo te, a Jacinta se le ocurrió reventar las burbujas. Y entonces, vio al hada Lola.
Lola tenía mucha sed y cuando tomaba el té, hacía muchas burbujas. Jacinta le dijo: –No nos tomes el té. Si tenés sed, la próxima vez pedinos.-
Desde ese día el hada Lola, la mamá de Jacinta, su abuela y Jacinta tomaron el te juntas todas las tardes.